Ullón et al., Correspondencias entre las estrategias y pedagógicas
Salomón et al., PT or ol ed nu t ci nJt ui ov ai Sdn .a ySd eC dga eur alr apb 1ra o, l lFco re aSs n.o Sy mei ml i tnu Sel aur ocài, ór men z a2n s,u Jamul l aáé nrdi cCe aal asd i epe lr rfloaud2 juo. c dc ieó an ire.
influir de maneras cada vez más complejas, sofisticadas, edad. A continuación, se expondrán algunos ejemplos.
específicas.
Hacia el final del primer año de la vida de un niño,
Estas “competencias” pueden observarse desde el este se enfrenta a lo que podemos caracterizar como la
momento más íntimo de la relación con la madre: la ali- primera experiencia reorganizadora: pasa de una acti-
mentación. A través de la teta se da un refinado y com- tud predominantemente de espectador, al de actor. Esto
plejo proceso de comunicación y aprendizaje entre ma- constituye un cambio radical. Hasta ese momento, que
dre e hijo que muchos científicos están descubriendo. en algunos momentos puede observarse en el interva-
El bebé ya se orienta hacia donde debe para conseguir lo que va desde el noveno mes hasta el décimo quinto,
su alimentación, así como ya dispone de ciertas habili- pasan de ver y esperar, a una actitud que les permite
dades innatas.
explorar nuevos asuntos y hasta resolver algunos pe-
Lo más interesante es que, como todo proceso com- queños problemas.
plejo, puede trazarse un efecto recursivo en el alcan-
Es en ese momento de su evolución, que los niños
ce de cada adquisición de competencias. Una manera pueden llegar a diferenciar los medios de los fines, pro-
de potenciarse es la extrapolación de las competencias ducir algunos segmentos de lenguaje para comunicarse
adquiridas hacia nuevos objetos. Así, surge una nueva con su entorno familiar inmediato, coordinar sus manos
competencia, la movilización, que consiste en movili- y empezar a andar autónomamente. Estas capacidades
zar los procedimientos, originalmente aplicados a fines de hecho no están relacionadas entre sí, desde el punto
muy específicos, con otros objetos y fines. La compe- de vista de las competencias adquiridas, aunque tal vez
tencia se caracteriza porque moviliza o potencia el co- sí desde un punto de vista neuronal, también indican en
nocimiento que surge de una situación específica, hacia su conjunto que el niño se encuentra en una nueva fase
diversas situaciones, y este carácter flexible le brinda en la cual se hace capaz de actuar, proponer, resolver y
al sujeto infantil un crecimiento de su poder hacer. Por ejecutar con cierta autonomía.
supuesto, las competencias, como otros conceptos com-
Este conjunto de comportamientos tiene que ver con
plejos como “conocimiento”, no pueden observarse di- su construcción de un marco de referencias. Llega a en-
rectamente, sino a través de pistas e indicios, así como tender que las cosas pueden seguir existiendo aun cuan-
de experiencias controladas, es decir, experimentos.
do no las vea en el momento, y a pesar de sus constantes
Como ya se señaló, es conveniente, a la luz de las úl- transformaciones, traslados, apariciones y desaparicio-
timas constataciones en los estudios sobre el desarrollo nes. Así, llegan a entender que papá puede regresar en
humano de los niños, la valorización del sufijo “re”. Por cualquier momento, aunque en el instante no esté allí,
ello, se habla de experiencias reorganizadoras. Estas se a su lado. Es el momento en que pueden buscar objetos
definen porque, a la vez, sintetizan un saber hacer an- en el lugar donde saben que mamá o papá o la cuidadora
teriormente adquirido, con desarrollos posteriores más los ha puesto o guardado.
elaborados, que toman a aquellas como premisas nece-
Paralelamente, el niño ha ido adquiriendo la capaci-
sarias. Es a través de esas “experiencias reorganizado- dad de hacer un uso social de los objetos, comienzan a
ras” como los niños, logran ir desentrañando el mundo entender las funciones que en la cotidianidad las cosas
que los rodea, fortalecen su comprensión de la realidad cumplen. Esta se trata de otra “experiencia reorganiza-
y les abren nuevos horizontes inéditos en su vida.
dora” que indica, además, su entrada en el mundo de
Así como el proceso de desarrollo humano no es li- una cultura.
neal, tampoco puede establecerse de manera definitiva,
Esto es fundamental, porque las competencias como
la edad precisa en que esas experiencias reorganizado- “hacer” y “saber hacer” se transforman en “poder ha-
ras se producen, sus características y sus consecuencias cer”, lo cual se constata con el uso que hacen los niños
en el desarrollo ulterior del pequeño. Por ello, la au- de los objetos de acuerdo a las prácticas que ellos han
sencia de alguna de esas experiencias señaladas a cierta observado en sus mayores de su entorno inmediato.
edad no puede caracterizarse como “retraso” o indicar
Los estudiosos aseguran que este uso social de los
un déficit. De todos modos, se hace necesario desarro- objetos abre las puertas hacia los procesos de simboli-
llar una mayor fineza en la observación y la apreciación zación. En términos muy generales, estos procesos de
de las evidencias del comportamiento del niño, para establecimiento de símbolos, incluso la propia función
identificar necesidades educativas especiales para poder semiótica, implica la capacidad de sustituir el objeto,
atenderlas adecuadamente.
que se convierte en referente, por otro que lo refiere o
Experiencias reorganizadoras hay muchas, pero se lo evoca. Ya un niño capaz de hacer esto, comienza a
puede hacer un listado preliminar de algunas de las más pensar con los rudimentos del lenguaje. De hecho, este
significativas y generalizadas en los niños de temprana sustituye un objeto (el referente) por un sonido que se
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