Competencias laborales en el sector turístico: un
modelo de formación profesional
Resumen: Se presenta un estudio relacionado con las competencias laborales para el sector turístico, con el
fin de proponer un modelo de formación profesional en esta área. Para ello, se realizó una revisión
documental y se estructuraron los resultados en dos partes, la primera responde al estado del arte que
evalúa las competencias laborales en el sector turístico y la segunda corresponde al análisis de datos de la
encuesta aplicada. Finalmente se afirma que el sector turístico demanda un profesional con habilidades en
tres ejes: cognitivo, procedimental y actitudinal.
Palabras clave: Habilidades profesionales, profesional de turismo, formación académica.
ISSN-E: 2542-3401, ISSN-P: 1316-4821
Universidad, Ciencia y Tecnología,
Vol. 27, Núm. 119, (pp. 41-51)
Aldaz S. et al. Competencias laborales en el sector turístico: un modelo de formación profesional
Abstract.- A study on labor skills for the tourism sector is presented to propose a vocational training model in
this area. A documentary review was conducted, and the results were structured in two parts. The first
response is to the state-of-the-art that evaluates labor competencies in the tourism sector. The second
corresponds to the analysis of data from the applied survey. Finally, it is stated that the tourism sector
demands a professional with skills in three axes: cognitive, procedural, and attitudinal.
Keywords: Professional skills, tourism professional, academic background.
Job skills in the tourism sector: a model of vocational training
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Recibido (16/12/2022), Aceptado (02/05/2023)
Silvia Marieta Aldaz Hernández
http://orcid.org/0000-0003-0089-297X
saldaz@unach.edu.ec
Universidad Nacional de Chimborazo
Riobamba-Ecuador
Daniel Marcelo Guerrero Vaca
http://orcid.org/0000-0002-4889-4985
daniel.guerrero@unach.edu.ec
Universidad Nacional de Chimborazo
Riobamba-Ecuador
Magda Francisca Cejas Martinez
http://orcid.org/0000-0002-0618-3608
magda.cejas@unach.edu.ec
Universidad Nacional de Chimborazo
Universidad de las Fuerzas Armadas. ESPE Latacunga
Riobamba-Ecuador
Héctor German Pacheco Sanunga
http://orcid.org/0000-0002-7794-2704
hpacheco@unach.edu.ec
Universidad Nacional de Chimborazo
Riobamba-Ecuador
https://doi.org/10.47460/uct.v27i119.705
I. INTRODUCCIÓN
En el mercado laboral competitivo de hoy, tener las habilidades adecuadas es esencial para el éxito
profesional. Las competencias laborales se pueden dividir ampliamente en habilidades técnicas y blandas,
cada una con su propio conjunto único de requisitos y beneficios. Si bien las habilidades técnicas son
específicas de un trabajo o industria en particular, las habilidades blandas son transferibles a través de
múltiples entornos. Estas competencias a menudo se aprenden a través de capacitación vocacional,
aprendizaje o experiencia en el trabajo, son esenciales en todos los campos, los empleadores de cualquier
campo a menudo buscan candidatos con habilidades que sean relevantes para su industria, y el turismo no
escapa de esto. Por ello, tener un buen desarrollo de competencias laborales es lo más indicado ya que esta
puede aumentar la productividad y la eficiencia de cualquier colaborador, lo que lleva a la satisfacción laboral
y al avance profesional.
El concepto de competencia según [1] tiene su origen en trabajos de la psicología industrial y organizacional
norteamericana de finales de la década de 1960 y principios de 1970. Al respecto Flores [2] y Nasimba y Cejas
[3] agregan que, con los estudios realizados desde esta época, el interés en las organizaciones se ha ido
trasladando desde los puestos de trabajo, como elementos fundamentales, a las personas y a las
competencias que éstas aportan. En este sentido, de acuerdo con lo planteado por Jiménez [4] surge de la
necesidad de valorar no sólo el conjunto de los conocimientos apropiados (saber) y las habilidades y
destrezas (saber hacer) desarrolladas por una persona, sino de apreciar su capacidad de emplearlas para
responder a situaciones, resolver problemas y desenvolverse en el mundo.
Igualmente, esto implica una mirada a las condiciones del individuo y disposiciones con las que actúa, es
decir el componente actitudinal y valorativo (saber ser) que incide sobre los resultados de la acción. En este
mismo orden de idea, Damm y Szmulewiez [5] señalan que se pueden tener dos perspectivas para elaborar
una definición de competencias laborales: primera, desde el mundo del trabajo se establece la competencia
como una capacidad que sólo se puede desplegar en una situación de trabajo; y, la segunda, desde el mundo
de la educación, el concepto parece responder a la misma idea básica, pero la demostración se acepta en
situaciones de evaluación educacional.
El turismo ha sido un sector en constante crecimiento en Ecuador en los últimos años, contribuyendo
significativamente a la economía del país. Ecuador cuenta con una gran diversidad geográfica y cultural, lo que
lo convierte en un destino atractivo para los turistas. Además, el gobierno ecuatoriano ha implementado
políticas para fomentar el turismo sostenible y responsable en el país. Al respecto, el Ministerio de Turismo [6]
cuenta con un Programa Nacional de Capacitación Turística (PNCT) para los prestadores de servicio, el cual es
una herramienta pionera que tiene como objetivo fortalecer al sector turístico, mejorando las habilidades,
destrezas y conocimientos técnicos del talento humano para la ejecución eficiente de actividades, tareas y
funciones que realizan en el día a día, mejorando los estándares de calidad en la prestación de servicios
turísticos y de esa forma generando una mayor competitividad sistémica del sector.
En el marco de este Plan Nacional de Capacitación, el Ministerio de Turismo [6] prepara talleres para la
elaboración y actualización de varios perfiles de competencias laborales en el sector turístico. Esta acción,
realizada en conjunto con la Secretaría Técnica de Capacitación y Formación profesional (SETEC), busca definir
los conocimientos, habilidades y aptitudes que una persona debe tener para desempeñarse en distintas
situaciones en un cargo determinado. Es importante destacar que el Ministerio de Turismo, (2014) [7] enfatiza,
que el sector turístico demanda hombres y mujeres con preparación, vocación, actitud positiva y
emprendedora y reconoce la importancia de la certificación de la competencia laboral para hacer de Ecuador
una Potencia Turística.
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Sin embargo, la falta de competencias laborales en el sector turístico es un problema importante en Ecuador.
Algunos puntos relevantes a considerar son: 1. El turismo es una industria importante en muchas partes del
país, y su crecimiento depende en gran medida de la calidad del servicio que se ofrece a los turistas; 2. La falta
de competencias laborales puede afectar negativamente la experiencia del turista, lo que a su vez puede
reducir el atractivo de Ecuador como destino turístico; 3. También es importante destacar que la falta de
competencias laborales puede limitar las oportunidades de desarrollo profesional y personal de los
trabajadores del sector turístico.; 4. Para abordar este problema, se pueden implementar programas de
capacitación y formación para mejorar las habilidades y conocimientos de los trabajadores en el sector
turístico; 5. Además, es importante que los empleadores del sector turístico valoren y promuevan la formación
continua de sus empleados para mejorar la calidad del servicio que se ofrece y, en última instancia, el éxito
general del sector turístico en Ecuador.
Por lo descrito hasta ahora, el presente trabajo tiene como propósito proponer un modelo de formación
profesional en competencias laborales para prestadores de servicios turísticos en la provincia de Chimborazo.
Para ello, se trabajó bajo el paradigma cualitativo siendo la técnica revisión documental y se estructuraron los
resultados en dos partes, la primera responde al estado del arte competencias laborales en el sector turístico
y la segunda corresponde a la exposición de los resultados de la encuesta aplicada. Lo que permitió concluir
que el sector turístico en la Provincia de Chimborazo demanda un profesional de este sector con habilidades
en tres ejes: cognitivo, procedimental y actitudinal.
II. DESARROLLO
A. Competencias laborales
El termino competencia proviene originalmente de la lingüística, a partir de los planteamientos de Chomsky
(1983), [8] quien al tratar de explicar la adquisición de la lengua materna por parte del niño definió como
competencia lingüística a la capacidad inherente del individuo y la especie de aprender el lenguaje. Desde su
perspectiva, la competencia tiene dos elementos: el conocimiento y la acción. “La competencia es el
conocimiento teórico de la lengua; la actuación es el uso real de la lengua en la cotidianidad. Las oraciones
poseen una estructura profunda y una superficial; la estructura superficial se relaciona con la actuación y la
estructura profunda con la competencia” [9].
Según Martínez y Sauleda [10] el concepto competencia es la capacidad de responder a demandas
complejas y llevar a cabo tareas diversas de forma adecuada. Supone una combinación de habilidades
prácticas, conocimientos, motivación, valores éticos, actitudes, emociones y otros componentes sociales y de
comportamiento que se movilizan conjuntamente para lograr una acción eficaz.
B. La formación de competencias laborales
La Conferencia Mundial sobre la Educación Superior [11] se discutió en torno a la necesidad de propiciar un
aprendizaje permanente que permita la construcción de las competencias adecuadas para contribuir al
desarrollo cultural, social y económico de la sociedad. Asimismo, se indicó que las principales tareas de la
educación superior han estado y seguirán estando ligadas a cuatro de sus funciones principales: una
generación con nuevos conocimientos (funciones de la investigación), el entrenamiento de personas
altamente calificadas (función de la educación), proporcionar servicios a la sociedad (función social) y la crítica
social (función ética).
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El concepto competencia con énfasis en el campo educativo aparece según Centro de Investigación y
Documentación sobre problemas de la Economía [12] inicialmente en la década de 1970 apoyando la idea de
que el currículo académico de las personas, los resultados de las pruebas de aptitud y de inteligencia, o la
adaptación eficaz a los problemas de la vida diaria son insuficientes para predecir el éxito profesional.
Asimismo, Cano [13] señala que las competencias en educación superior implican articular conocimientos
conceptuales, procedimentales y actitudinales, y se apoya en los rasgos de la personalidad del sujeto para
construir el aprendizaje; además, exige la acción reflexiva, es funcional y se aleja del comportamiento
estandarizado.
Por otra parte, según Jiménez [14] estas competencias procuran entrelazar las labores del mundo educativo
con el entorno de trabajo, lo cual se debe a que el mercado laboral requiere agentes de cambio, de ahí que
las universidades deban formar titulados flexibles, autónomos y emprendedores, como han señalado
distintos autores e instituciones públicas y privadas encargadas de normar la educación superior.
El Proyecto Tuning [15], empezó a fomentar una amplia reflexión sobre la educación superior en virtud del
acelerado ritmo de cambio de la sociedad. Este proyecto está enmarcado en el proceso de la Declaración de
Boloña del 25 de mayo de 1998, en la que se hacía hincapié en el papel central de las universidades en el
desarrollo de las dimensiones culturales europeas, entre las que resaltaba la creación del Área Europea de
Educación Superior como vía clave para promocionar la movilidad de los ciudadanos y la capacidad para
conseguir empleo en función del desarrollo general del continente. Un rasgo significativo del Proyecto Tuning
es su compromiso de considerar los títulos en términos de resultados del aprendizaje y, particularmente, en
función de competencias genéricas y específicas en cada área temática. En dicho proyecto fueron
contrastadas una serie de competencias genéricas fomentadas en cualquier titulación y divididas en
competencias instrumentales, interpersonales y sistémicas. En síntesis, el Proyecto Tuning define la
competencia como “una combinación dinámica de atributos, en relación con conocimientos, habilidades,
actitudes y responsabilidades que describen los resultados de aprendizaje de un programa educativo o lo que
los alumnos son capaces de demostrar al final de un proceso educativo”.
C. Competencias profesionales en turismo
El turismo es un fenómeno social, cultural y económico relacionado con el movimiento de las personas a
lugares que se encuentran fuera de su lugar de residencia habitual [16]. Estas personas se denominan
visitantes, y se conforman por turistas o excursionistas, residentes o no residentes. Ese traslado de las
personas, lógicamente, genera de forma directa e indirecta un aumento de la actividad económica en los
lugares visitados, dada la demanda de bienes y servicios que deben producirse y prestarse.
El turismo sigue siendo una de las actividades profesionales con más futuro. Sin embargo, pese a su
importancia o tal vez debido a ello, el sector se encuentra en total evolución sufriendo los efectos de la
globalización, de la innovación de los productos turísticos, de pandemias (covid-19), guerreas, política. Todos
estos cambios están teniendo su impacto en los recursos humanos del sector y en las competencias
profesionales requeridas, siendo las competencias en Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) y
las competencias lingüísticas aquellas que parecen ser más demandadas por los empleadores. En esta línea
van las aportaciones de [17].
En torno a esto, Feijoó [18], afirma respecto al sector hotelero, que hoy por hoy; la industria fuertemente
desarrollada, tiene en claro las habilidades y competencias que definen el perfil de la persona ideal para
desarrollar su actividad en hotelería. Lo importante de este perfil es que, viene a ser el resultado de años de
historia y evolución de la industria hotelera. Las competencias son: clara orientación al servicio, facilidad para
desarrollar relaciones interpersonales, disposición para el vínculo intercultural, capacidad para el trabajo en
equipo, capacidad de creatividad e innovación. Básicamente, la rutina en estas empresas es entender que
todo cambia y cada cliente es un individuo con necesidades, que merecen un tratamiento particular.
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Es así, según Ramírez [19] que en las diversas áreas del sector se requiere determinadas competencias para
un desempeño exitoso y mayores posibilidades de empleabilidad. Eso significa, que el profesional en turismo
debe contar con un perfil que le permita dirigir, manejar, operar y controlar una organización turística y una
adecuada vinculación, concertación, comunicación con el turista potencial y real.
Los cambios en la intermediación turística Aneas [20]. Asevera que, con la aparición y desarrollo de las
Tecnologías de la información y comunicación, el desarrollo de Internet se ha globalizado un poco todo, ya que
han aparecido nuevos destinos turísticos, se han internacionalizado las empresas turísticas y han entrado en
el mercado aérea las compañías de bajo coste. Internet mejora las relaciones tanto con los clientes como con
los proveedores y es más barato utilizarlo para cualquier comunicación entre ellas. Debido a que los costes
fijos de viajar se han reducido gracias también a las low-cost, la población realiza viajes más cortos y con
mayor frecuencia a lo largo del año. Esto implica la opción que tiene el turista de comprar on-line parte de su
viaje a un intermediario y la parte restante a los proveedores directamente.
D. Practicas del talento humano-Turismo rural
El turismo rural- comunitario, hoy en día representa una oportunidad de ingresos y de desarrollo sostenible
para las comunidades, dado a la riqueza de sus recursos y potencialidades turísticas que a su vez se
convierten en atractivos que benefician de una u otra forma la actividad económica del sector. Como ya es
sabido el Turismo ha sido considerado un eje estratégico para las naciones del Mundo. Muestra de ello es el
reconocimiento que a través de los organismos internacionales dedicados al estudio de esta rama le han
concedido preponderancia a este sector.
El turismo genera riqueza, empleo, inversión, mejoras de las infraestructuras de comunicación, creación de
tejido empresarial y cambios culturales. Todo ello redunda en la mejora de los niveles de renta, de las cifras de
desempleo y de las expectativas socioeconómicas de las poblaciones que residen en las áreas receptoras. Las
consecuencias de estos impactos positivos, especialmente en espacios económicamente desfavorecidos o
subdesarrollados, se han impuesto en términos generales a los posibles efectos nocivos que, por distintos
motivos, han sido consciente o inconscientemente obviados o sencillamente asumidos en beneficio del
desarrollo económico. De este modo no faltan ejemplos de países o regiones económicamente pobres o
marginales que, deseosas de prosperidad, han visto en el turismo la solución a sus dificultades históricas, el
remedio al subdesarrollo, la pobreza, la carencia de infraestructuras y el freno a la emigración. Así mismo, el
sector empresarial, interesado en la apertura de nuevos mercados y áreas de inversión vírgenes, ha
observado con prontitud las ventajas de esos destinos potenciales, a lo que se suma el atractivo que estos
generan en una demanda que busca nuevos rumbos, baratos, sugerentes y con capacidad de atracción por
sus valores naturales o culturales. Una prueba fehaciente de la visión del turismo como herramienta de
desarrollo económico la ofrecen tanto el Código Ético Mundial para el Turismo como la campaña “El Turismo
es Riqueza”, iniciada en febrero de 2004 por la OMT. Sin embargo, el desarrollo del turismo, especialmente en
espacios rurales, no está exento de riesgos, de forma que numerosos especialistas coinciden en señalar la
necesidad de promoverlo en conexión con las nuevas necesidades ligadas a la calidad de vida, la protección
del medioambiente y del patrimonio cultural [21].
Los espacios rurales, además de conservar las funciones tradicionales de producción de materias primas
agrarias y minerales, desempeñan otras como el mantenimiento de los equilibrios ambientales, la reserva de
suelo y de patrimonio natural y cultural. En un contexto donde la sociedad y la organización del espacio
responden a las necesidades de un mundo urbano, desde una perspectiva global y estratégica ya no interesa
tanto ocupar físicamente todo el territorio, ni que todo el espacio rural mantenga población ni que esta
trabaje mayoritariamente en actividades agrarias. En este sentido, según García [22] los pueblos que se
intuyen a cuarenta o cincuenta años vista no tendrán más que una minoría de agricultores, siendo los
servicios, las actividades industriales de transformación de materias primas agrarias y naturales y los trabajos
ambientales las actividades que ocupen a la mayor parte de sus poblaciones. Ante este escenario Europa ha
puesto especial interés en conservar la actividad agraria como fórmula para mantener el paisaje como
expresión de la identidad regional, soporte de actividades económicas como el turismo y recurso fundamental
para la calidad de vida. Pero ¿es posible conservar un paisaje sin mantener, tal cual era, la actividad económica
y la cultura productiva que lo generó?
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Como señala Ortega [23], una política de futuro para las áreas rurales debe contemplar no sólo la
pluriactividad de los agricultores, sino más bien el complemento de rentas por la vía del empleo alternativo
para otros miembros de la familia, al mismo tiempo que la posibilidad de desarrollar otros empleos fuera del
marco agrario. Es esencial al respecto considerar que sólo pueden ser viables un desarrollo sostenido y la
estabilidad de la población si se asegura el acceso al mercado laboral de la población joven y de las mujeres,
creando empleo local apoyando iniciativas de carácter inversor o empresarial, o promoviendo su
incorporación a los mercados laborales territoriales y regionales favoreciendo una accesibilidad física
suficiente para mantener desplazamientos diarios equivalentes a los metropolitanos o urbanos.
Al respecto otros autores [24] agregan que la revalorización social de ciertos entornos naturales y rurales
implica una nueva relación campo-ciudad donde a las funciones productivas tradicionales de las zonas rurales
se unen, entre otras, las vinculadas con el ocio y la recreación. Esta nueva funcionalidad, generadora de
oportunidades para el desarrollo, también condiciona las posibilidades de creación de nuevas actividades
económicas en el campo y las interrelaciones entre visitantes y población local Cada espacio rural puede
evolucionar de acuerdo con una serie de parámetros, cuantitativos y cualitativos, entre los que se distinguen
cuatro principales de carácter económico, social, político y cultural cuya conjugación facilita.
En este mismo orden de ideas, Ortega [23] expresa que una política de futuro para las áreas rurales debe
contemplar no sólo la pluriactividad de los agricultores, sino más bien el complemento de rentas por la vía del
empleo alternativo para otros miembros de la familia, al mismo tiempo que la posibilidad de desarrollar otros
empleos fuera del marco agrario. Es esencial al respecto considerar que sólo pueden ser viables un desarrollo
sostenido y la estabilidad de la población si se asegura el acceso al mercado laboral de la población joven y de
las mujeres, creando empleo local apoyando iniciativas de carácter inversor o empresarial, o promoviendo su
incorporación a los mercados laborales territoriales y regionales favoreciendo una accesibilidad física
suficiente para mantener desplazamientos diarios equivalentes a los metropolitanos o urbanos.
III. METODOLOGÍA
Para dar respuesta al objetivo de esta investigación: proponer un modelo de formación profesional en
competencias laborales para prestadores de servicios turísticos en la provincia de Chimborazo, se trabajó con
metodología cuantitativa bajo el diseño estadístico explicativo; ya que, según lo planteado por Hernández,
Fernández y Baptista [2] de acuerdo con los resultados estadísticos obtenidos se explicó el problema de
estudio. Para ello, se consideró el análisis de datos naturaleza mixta, que permitió obtener una perspectiva
basada en el criterio de los prestadores de servicios turísticas de la provincia de Chimborazo y de sus turistas
en la zona, esto permitió obtener una perspectiva general de la realidad estudiada; en este sentido y
siguiendo el aporte de Rivas y Valdivia [25] se trabajó con multimétodo, asumido por los autores como
aquellas investigaciones en las que emplean diversos métodos, procedimientos y estrategias para la
búsqueda de información un fenómeno estudiado a través de los distintos momentos del proceso de
investigación, para ello se realizó una triangulación de ideas una vez obtenidos los datos y análisis
estadísticos, los cuales se recolectaron a través de las técnicas revisión documental y de encuesta a 40
prestadores de servicios turísticos y 40 turista en la provincia de Chimborazo.
La muestra fue aleatoria simple, por conveniencia. Y la revisión documental estuvo centrada en aquellos
trabajos de años recientes con desarrollo empírico, que mostrara aportes a la formación de profesionales en
el área. Además, se descartaron aquellos trabajos que fuesen de revisión teórica, que no fuesen de años
recientes y que no fuesen de acceso abierto.
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IV. RESULTADOS
La investigación se desarrolló en la provincia de Chimborazo en las comunidades de Tolte, Nizag,
Chimborazo, Galte Laime y Rumicruz, cada una de ellas son asociaciones de servicios comunitarios, se
encuestaron a 40 prestadores de servicios turísticos y 40 turistas en las localidades mencionadas. El
instrumento utilizado estuvo orientado a conocer 1. Los servicios que brindan las comunidades en
Chimborazo; 2. Formación del personal turístico y 3. Competencias con las que debe contar el personal
turístico en Chimborazo.
A. Servicios que brindan las comunidades en Chimborazo
Este ítem estuvo orientado a conocer la percepción en torno a la calidad del servicio en la provincia de
Chimborazo los resultados fueron promediados y se obtuvo. Que el alojamiento según el 45% de las personas
encuestadas es bueno. Los establecimientos y bebidas de acuerdo con el 41% de los encuestados es bueno.
El trasporte es bueno de según el 42% de los encuestados. El desarrollo de eventos para turistas es regular
de acuerdo con el 38% de los encuestados; la guianza estivo 35% dice que es en la tabla 1 se muestras los
resultados completos de este ítem.
Tabla 1. Calidad de Los servicios turístico en la provincia de Chimborazo.
El segundo ítem de la encuesta permitió conocer el grado académico del personal turístico, esta parte de la
encuesta solo fue realizada a los 40 prestadores de servicios turísticos seleccionados y se obtuvo que el 45%
son profesionales sin curso de capacitación y actualización, ni posgrado, el 23% son profesionales con cursos
de capacitación y actualización y/o estudios de posgrado y 32% se desempeña en sus puestos con
conocimientos empíricos. Los resultados de este ítem se presentan en la figura 1.
Fig. 1. Formación de los prestadores de servicios turísticos
Fuente: Elaboración propia.
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El tercer ítem de la encuesta realizada permitió conocer las competencias con las que debe contar el
personal de la industria del turismo en Chimborazo según la percepción de los prestadores de servicios y los
turistas de esta localidad, las respuesta fueron heterogenias entre las opciones destacan las competencias,
características y aptitudes requeridas en la son heterogéneas entre las que se destaca la formación bilingüe,
comprensión de la industria turística, conocimientos de mercadotecnia, experticia en el uso de las tecnologías
de comunicación e información con énfasis en paquetes de software turísticos, habilidades administrativas,
capacidad en la toma de decisiones y resolución de problemas, conocimientos de legislación y sostenibilidad
en el ámbito turístico, valores éticos, inteligencia emocional, creatividad, compromiso, disciplina, actitud
positiva.
Una vez que se tuvieron las opciones planteadas por los encuestados se estableció a que tipo de
competencia responde de acuerdo al modelo de competencias planteado por Tobón [26]: cognitivas,
procedimentales y actitudinales, esto llevó a la tabla 2.
Tabla 2. Competencias con las que debe contar el personal turístico en Chimborazo.
De acuerdo con los resultados obtenidos el capital humano del sector turístico en Chimborazo debe contar
con competencias cognitivas, técnicas y personales que le permitan brindar un servicio. En consecuencia,
estos deben ser los tres ejes en el se base un modelo de formación profesional en competencias laborales
para prestadores de servicios turísticos en la provincia de Chimborazo.
Fuente: Elaboración propia.
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En el modelo de [26] las competencias conceptuales están orientada al saber y que estas son un conjunto
de herramientas necesarias para procesar la información de manera significativa, teniendo en cuenta las
expectativas individuales, las capacidades personales y los requerimientos de una situación en particular. Esto
implica el desarrollo de procesos cognitivos y se aleja de la educación tradicional basada en la repetición
mecánica de contenidos. Las competencias procedimentales están vinculadas con el hacer y “Consiste en
desempeñarse en la realización de una actividad o en la resolución de un problema comprendiendo el
contexto y teniendo como base la planeación”. y las competencias actitudinales responden al ser y están
referidas a la combinación de aspectos emocionales y motivacionales que ayudan a construir la identidad
personal y a tomar conciencia y control de las emociones y actitudes para llevar a cabo de manera asertiva
una tarea o resolver un problema. En consecuencia, la formación del personal prestador de servicio turístico
en el Chimborazo debe contar contenido que potencien estas tres competencias: conocer hacer y ser. Para
ello, se sugiere el desarrollo de programas de capación orientados a desarrollo y optimización de estos tres
grupos de competencias, lo cual se sugiere realizar programas académicos a suplir las diferentes necesidades
de los trabajados de estes sector estos programas debes pasar por las siguientes fases: 1. Diagnóstico de
necesidades; 2. Planificación del contenido y estrategias a utilizar; 3. Motivación al personal; 4. Aplicación y
desarrollo de los programas; y 5. Evaluación. En la Fig. 2 se diagrama este modelo y la integración de sus
componentes.
Fig. 2. Modelo de formación profesional para el desarrollo de competencias
laborales en el sector turístico.
Fuente: Elaboración Propia.
En la Fig. 2 se muestra que los programas deben ser tan flexibles de manera que cada fase permita el
desarrollo de ajustes e interacción con el resto, estos deben ser, de acuerdo a lo planteado por [20] flexibles y
orientados a introducir a los estudiantes (en este caso prestadores de servicios turísticos de Chimborazo) en
la comunidad del conocimiento y brindarles una selección contenidos teóricos-prácticos destinados a mejorar
sus habilidades técnicas y actitudinales en sus puestos de trabajos.
De acuerdo con los resultados obtenidos la formación profesional del personal del sector turístico en la
provincia de Chimborazo debería estar orientados a la formación en áreas como servicio al cliente, hotelería,
marketing, finanzas y otras habilidades aplicables. Estos programas pueden incluir instrucción sobre cómo
interactuar y bridar un alto servicio al cliente. Además, profesionales podrán aprender también sobre diversas
regulaciones y leyes relacionadas con la industria del turismo. Otros temas pueden incluir el tratamiento de las
quejas de los clientes, la creación de planes de marketing y la comprensión de los principios financieros.
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CONCLUSIONES
Si bien el turismo rural puede no ser la panacea universal para la solución definitiva de problemas
estructurales del mundo rural, como son el despoblamiento, el envejecimiento, la marginalidad económica y
el declive sociocultural, puede y debe cumplir una triple función como instrumento de desarrollo mediante
la generación de nuevos ingresos y empleos, la creación de nuevas infraestructuras y servicios y como vector
de intercambios y sinergias entre el medio rural y urbano. Por lo tanto, tiene un papel relevante como
dinamizador de los espacios rurales, si bien queda un largo camino, no exento de obstáculos, para garantizar
su sostenibilidad a medio y largo plazo.
La formación profesional del prestador de servicio turístico debe estar orienta a la capacitación cognitiva,
procedimental y actitudinal que permita brindar un mejor servicio a los turistas, en este sentido las intuiciones
educativas en conjunto con autoridades del sector deben genera planes educativos orientados a satisfacer
estas necesidades. En la provincia de Chimborazo de acuerdo con las políticas internacionales en materia de
turismo y los resultados de esta investigación se recomienda el desarrollo de programas de formación
profesional que permita la capacitación de los empleados de este sector, la cual puede estar enfocada al
desarrollo de habilidades cognitivas, procedimentales y actitudinales. Asimismo, se sugiere que estos
programas incluyan la colocación laboral para ayudar a los proveedores de servicios turísticos a encontrar
empleo en la industria.
REFERENCIAS
[1] H. Spencer, «Presentación: El origen de las profesiones.,» REIS, vol. 59, nº 92, pp. 315-325, 1992.
[2] J. Flores, «La evaluación de competencias laborales.,» Universidad de Sevilla - Facultad de Educación, Sevilla,
2007.
[3] C. Nasimba y M. Cejas, «Diseño de productos turísticos y sus facilidades,» Qualitas, vol. 10, pp. 22-39, 2015.
[4] A. Jiménez, «Reflexiones sobre la necesidad de acercamiento entre universidad y mercado laboral.,» Revista
Iberoamericana de Educación, vol. 50, nº 1, pp. 1-25, 2009.
[5] L. Damm y P. Szmulewiez, «Modelo Genérico de Gerente de Spencer y Spencer. Una aplicación al
hotelería,» Gestión Turística, vol. 7, pp. 55-80, 2007.
[6] Ministerio de Turismo del Ecuador, «Competencias laborales turísticas se construyen en Guayaquil.,» 04 06
2013. [En línea]. Available: http://www.turismo.gob.ec/competenciaslaborales-turisticas-se-construyen-en-
guayaquil/. [Último acceso: 2023].
[7] Ministerio de Turismo del Ecuador, «Este viernes se cierra las inscripciones para el Programa de
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