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Altamirano H. et al. Aplicación del Cuestionario Honey–Alonso para la caracterización de los estilos de aprendizaje en estudiantes de educación básica
https://doi.org/10.47460/uct.v27i121.750
Aplicación del Cuestionario Honey–Alonso para la
caracterización de los estilos de aprendizaje en
estudiantes de educación básica
Altamirano Pérez Hólguer Rodrigo
https://orcid.org/0000-0002-9368-6173
holguer_rodrigo@yahoo.com
Universidad Central del Ecuador
Quito, Ecuador
Vilma Janeth Cadena Pasquel
https://orcid.org/0000-0003-3599-575X
vilma_janeth.cadena@hotmail.com
Unidad Educativa Oswaldo Guayasamín
Santo Domingo, Ecuador
Carlos Alejandro Anchundia Guerrero
https://orcid.org/0009-0007-4926-6765
c-anchundia@live.com
Unidad Educativa Oswaldo Guayasamín
Santo Domingo, Ecuador
Jacqueline Aracely Larcos Pérez
https://orcid.org/0009-0008-5663-3030
jacquelinelarcos@educacion.gob.ec
Unidad Educativa Oswaldo Guayasamín
Santo Domingo, Ecuador
Recibido (14/07/2023), Aceptado (23/09/2023)
Resumen: Las estrategias de los docentes en el aula resultan más adecuadas conociendo los estilos de
aprendizaje de los estudiantes. El objetivo de esta investigación fue aplicar el cuestionario Honey–Alonso para
la caracterización de los estilos de aprendizaje en estudiantes de educación básica. La metodología aplicada
fue no experimental, descriptiva, explicativa y de campo, el enfoque fue cuantitativo con una fiabilidad KR20
de 0.878. La muestra poblacional fue de 119 estudiantes y se utilizaron los programas SPSS V.23 y Excel para
el procesamiento de la información. Los resultados señalaron que existe un predominio del estilo teórico y
conocer el estilo de aprendizaje les permitirá a los docentes diseñar estrategias didácticas que fomenten la
actividad práctica al elegir la futura carrera en el bachillerato
Palabras clave: Educación básica, CHAEA, estilos de aprendizaje.
Application of the Honey - Alonso Questionnaire for the characterization of learning styles
in students of Higher Basic Education
Abstract.- The teachers' strategies in the classroom are more adequate if the students' learning styles are
known. The objective of this research was to apply the Honey - Alonso questionnaire for the characterization
of learning styles in higher basic education students. The methodology applied was non-experimental,
descriptive, explanatory, and fieldwork. The approach was quantitative, with a KR20 reliability of 0.878. The
population sample consisted of 119 students, and the SPSS V.23 and Excel programs were used to process
the information. The results indicated that the theoretical style is predominant. Knowing the learning style will
allow teachers to design didactic strategies that encourage practical activity when choosing a career in the
technical baccalaureate.
Keywords: Upper elementary, HALSQ, learning styles.
I. INTRODUCCIÓN
Los estilos de aprendizaje han evolucionado desde las primeras investigaciones sobre las diferencias
individuales en la década de 1950 hasta la comprensión actual de que los estilos de aprendizaje son múltiples
y complejos. En varios países alrededor del mundo se ha aplicado el concepto de estilos de aprendizaje en la
educación. Por ejemplo, en Estados Unidos, se ha incluido en la metodología educativa la identificación de los
diferentes estilos de aprendizaje de los estudiantes, como visual, auditivo y kinestésico. Esto ha permitido a los
docentes adaptar sus técnicas de enseñanza para satisfacer las necesidades individuales de los alumnos,
mejorando así su comprensión y retención de la información [1]. Además, en países como Alemania y Japón,
se ha puesto en práctica el enfoque de aprendizaje basado en proyectos, donde los estudiantes trabajan en
proyectos prácticos que les permiten aplicar lo que han aprendido de manera significativa. Esto ha
demostrado ser beneficioso para los estudiantes, ya que fomenta el pensamiento crítico, la creatividad y el
trabajo en equipo [2].
El uso de los estilos de aprendizaje también ha tenido beneficios en otros países alrededor del mundo. Por
ejemplo, en Finlandia, se ha adoptado un enfoque individualizado en la educación, donde se tiene en cuenta
el estilo de aprendizaje de cada estudiante. Esto ha llevado a un aumento en el rendimiento académico y la
satisfacción de los alumnos. En Australia, se ha implementado el aprendizaje basado en la tecnología,
incorporando diferentes herramientas digitales para adaptar la educación a los diferentes estilos de
aprendizaje de los estudiantes. Esto ha llevado a un mayor compromiso de los estudiantes y ha mejorado su
nivel de comprensión y retención de la información. En definitiva, la aplicación de los estilos de aprendizaje en
la educación ha demostrado ser beneficiosa en varios países alrededor del mundo, mejorando el proceso de
enseñanza y aprendizaje y fomentando una educación más individualizada y adaptada a las necesidades de
los estudiantes.
Los estilos de aprendizaje han sido explorados y desarrollados por diversos teóricos a lo largo del tiempo,
uno de los precursores más influyentes en este campo fue David Kolb, con su Modelo de Aprendizaje
Experiencial de los años 70, a través de cuatro estilos de aprendizaje, la experiencia concreta, la observación
reflexiva, la conceptualización abstracta y la experimentación activa. Estos estilos se relacionan en cómo las
personas abordan la experiencia de aprendizaje, procesan la información y aplican lo que han aprendido en
situaciones nuevas[3].
Los estilos de aprendizaje particularmente representan las preferencias individuales a la hora de abordar la
adquisición de conocimientos, y su comprensión resulta esencial para la educación efectiva. Sin embargo,
surge una problemática recurrente en el ámbito docente, la dificultad en la identificación de los estilos de
aprendizaje de los alumnos. Esta problemática puede tener consecuencias significativas, ya que sin un
conocimiento claro de cómo los estudiantes procesan la información de manera más efectiva, los educadores
enfrentan desafíos para adaptar sus métodos pedagógicos y brindar un aprendizaje más personalizado,
siendo coherente cuando se manifiesta que un proceso formativo es efectivo si se logra identificar los estilos
de aprendizaje que los alumnos prefieren [4].
Al considerar los estilos de aprendizaje en la educación secundaria, es esencial reconocer que los
adolescentes tienen diversas formas de abordar el aprendizaje. Adaptar la enseñanza para satisfacer estas
preferencias puede enriquecer la experiencia educativa y mejorar el rendimiento de los estudiantes. La Ley
Orgánica de Educación Intercultural (LOEI) en Ecuador, en su Artículo 6 no se refiere explícitamente a los
estilos de aprendizaje, pero aborda la diversidad en el aprendizaje y promueve la igualdad de oportunidades
educativas para todos los estudiantes [5]. Esto implica que los educadores deben considerar las diferencias
individuales de los estudiantes, incluidos los estilos de aprendizaje, para proporcionar un aprendizaje efectivo
y relevante. La LOEI también resalta la importancia de promover el desarrollo integral de los estudiantes,
incluyendo sus dimensiones emocionales, sociales y cognitivas. Esto puede ser visto como un respaldo
implícito a la adaptación de los métodos de enseñanza para abordar las preferencias de aprendizaje y las
necesidades de los estudiantes en la educación secundaria.
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Se han aplicado diferentes herramientas para la identificación y caracterización de los estilos de aprendizaje
dirigidos a estudiantes de secundaria y universidad, siendo el objetivo de esta investigación la aplicación del
cuestionario de Honey Alonso para caracterizar los estilos de aprendizaje de los estudiantes de educación
básica superior de la Unidad Educativa Oswaldo Guayasamín de la ciudad de Santo Domingo. La investigación
fue no experimental, descriptiva, explicativa y de campo bajo el enfoque cuantitativo, determinándose como
resultado principal la prevalencia del estilo teórico en la mayoría de estudiantes.
II. DESARROLLO
A. Estilos de Aprendizaje
Los estilos de aprendizaje son los rasgos cognitivos, los afectivos y los fisiológicos acerca de la percepción
que tienen los estudiantes como respuesta a su aprendizaje [6]. Peter Honey y Alan Mumford desarrollaron
un modelo de estilos de aprendizaje basado en cuatro categorías principales: Activista, Reflexivo, Teórico y
Pragmático (Modelo ARTP). Cada categoría refleja un enfoque particular hacia el aprendizaje y describe cómo
las personas prefieren abordar las situaciones de aprendizaje [7]. Su modelo sugiere que los educadores
pueden fomentar un aprendizaje más efectivo al variar la forma en que presentan la información y al
proporcionar oportunidades para que los estudiantes se involucren activamente, reflexionen, exploren teorías
y apliquen conceptos en situaciones prácticas.
Actualmente las tecnologías TICS, conllevan un cambio en la forma del aprendizaje del alumno [8], y al
utilizarse adecuadamente en clase permiten el aprendizaje efectivo del estudiante, más aún si la educación es
virtual o en línea [9], donde la elaboración de tareas podría vincularse a un estilo particular en caso que el
docente acondicione ese esquema a su planificación. Sin embargo, existe una desventaja, querer asumir que
bajo un solo estilo se debe realizar la clase, generalizando la temática y subvalorando los demás estilos, por lo
que deben diversificarse los métodos de enseñanza.
Para enfrentar estos desafíos, es importante que los profesores y las instituciones educativas adopten
enfoques pedagógicos más inclusivos y adapten su enseñanza para satisfacer las necesidades de diferentes
estilos de aprendizaje. Esto puede incluir el uso de técnicas de enseñanza multimodal, proporcionar opciones
de evaluación y fomentar la colaboración entre estudiantes con diferentes estilos de aprendizaje.
Existen varios modelos como el de Grasha-Riechmann donde existen seis estilos de aprendizaje:
independiente, dependiente, evitativo, participante, colaborativo y competitivo [10], en tanto el de
Inteligencias Múltiples propuso ocho tipos de inteligencia: lingüística, matemática, corporal cinestésica,
espacial, musical, interpersonal, intrapersonal y naturalista del cual se deriva el modelo VAK muy conocido y
aplicado al tener su origen en la teoría de la programación neurolingüística y comprende los estilos visual,
auditivo y kinestésico [11]. En los próximos apartados se analizará el modelo de Honey Alonso sobre cuatro
dimensiones.
B. Cuestionario CHAEA de estilos de aprendizaje
El test de Honey y Mumford que tuvo sus cimientos en la teoría de Kolb de los años 80, reconoce cuatro
estilos cíclicos aplicados al aprendizaje como son el activo, reflexivo, teórico y pragmático [12] basados en la
experiencia [13] y, que fueron adaptados por Catalina Alonso, para dar origen al Cuestionario Honey - Alonso
de Estilos de Aprendizaje (CHAEA) que es un instrumento diseñado para identificar los estilos preferenciales
de aprendizaje de las personas. En las 80 preguntas diseñadas en forma dicotómica, permite evaluar cómo las
personas abordan el aprendizaje y procesan la información en situaciones de estudio y formación [12].
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Esta información es valiosa para los educadores y formadores, ya que les permite adaptar sus enfoques
pedagógicos para satisfacer las necesidades y preferencias de los estudiantes, fomentando así un aprendizaje
más efectivo. Para analizar los resultados, se utiliza la Baremación de Honey Alonso que contiene 5 niveles
donde se clasifican las respuestas de los estudiantes [12].
Además, el uso del cuestionario CHAEA puede ayudar a los alumnos a tomar conciencia de sus propias
estrategias de aprendizaje y de cómo estas pueden influir en su rendimiento académico. Al identificar las
áreas de mejora, los estudiantes pueden trabajar de manera más efectiva en el desarrollo de habilidades de
estudio y autorregulación, lo que aumentará su eficiencia y calidad del aprendizaje. Varios especialistas y
organismos educativos recomiendan el uso del cuestionario CHAEA en la etapa de secundaria, por ejemplo, la
UNESCO, en su Informe de la Comisión Internacional sobre la educación para el siglo XXI, destaca la
importancia de desarrollar estrategias de aprendizaje en los estudiantes aplicando herramientas útiles para
identificar áreas de mejora, considerando los cuatro pilares de la educación aprender a conocer para
fomentar la comprensión, aprender a hacer basado en su entorno, aprender a vivir juntos como relaciones de
cooperación humana y aprender a ser que interrelaciona los anteriores tres elementos [14].
Un aspecto clave del análisis de mercado es evaluar la infraestructura de transporte en Latinoamérica. Esto
incluye carreteras, puertos, aeropuertos y vías férreas. Si bien algunos países pueden tener una
infraestructura avanzada, otros pueden presentar deficiencias en términos de conectividad y logística.
Comprender las fortalezas y debilidades de la infraestructura es fundamental para adaptar las estrategias de
transporte y logística. En este sentido, las empresas transportistas deben tener en cuenta las regulaciones y
normativas específicas de cada país latinoamericano. Esto incluye licencias, permisos aduaneros, restricciones
de carga y cumplimiento de normas de seguridad [2]. Es esencial mantenerse actualizado sobre los requisitos
legales y aduaneros en cada país para evitar retrasos y sanciones.
El análisis de mercado en Latinoamérica también implica identificar las tendencias y cambios en la demanda
de servicios de transporte. Esto incluye el crecimiento del comercio electrónico, la demanda de logística y
distribución eficientes, y la necesidad de soluciones de transporte sostenibles. Las empresas deben adaptarse
a estas tendencias emergentes y anticipar las demandas cambiantes de los clientes. Por ello, el mercado
latinoamericano del transporte es altamente competitivo, con una variedad de actores locales e
internacionales [10]. Es crucial analizar a los competidores, su alcance geográfico, su reputación y las
fortalezas competitivas que ofrecen. Además, es importante considerar la posibilidad de establecer alianzas
estratégicas con socios locales o regionales para ampliar el alcance y la capacidad operativa.
C. Educación Básica Superior
La Educación Básica Superior en Ecuador se refiere al nivel educativo que sigue a la Educación Básica y
precede a la Educación Superior. Es una etapa educativa que atiende a estudiantes adolescentes y jóvenes,
generalmente entre los 12 y 14 años de edad [15]. La Educación Básica Superior tiene como objetivo
proporcionar una educación integral que prepare a los estudiantes para la vida, el trabajo y la educación
superior, brindando una formación sólida en diversas áreas de conocimiento y habilidades.
La Educación Básica Superior se basa en una formación que va más allá de los contenidos académicos,
incorporando aspectos de desarrollo personal, social y cívico. Se busca promover el pensamiento crítico, la
responsabilidad, la ciudadanía activa y la preparación para la educación superior o la entrada al mundo
laboral. Además de las asignaturas tradicionales, esta etapa educativa suele incluir áreas como educación
para la sexualidad, orientación vocacional y formación en valores.
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D. Figura Profesional
La figura profesional comprende varios elementos de competencia además de criterios específicos en el
campo ocupacional organizados en unidades de competencia donde se manifiestan los logros, los resultados
y las acciones esperadas de estudiantes en su relación laboral [17].
En Ecuador, el Ministerio de Educación desempeña un papel clave en la formulación de políticas y programas
educativos, incluida la formación técnica profesional. La consideración de los estilos de aprendizaje en la
formación técnica puede enriquecer la educación y preparar mejor a los estudiantes de las diferentes figuras
profesionales en diversos campos [18].
III. METODOLOGÍA
La investigación fue no experimental, descriptiva, explicativa y de campo y se realizó en las instalaciones de la
Unidad Educativa Oswaldo Guayasamín ubicada en la ciudad de Santo Domingo perteneciente a la provincia
de Santo Domingo de los Tsáchilas, región costa del Ecuador. El enfoque de la investigación fue cuantitativo.
En este sentido, la Unidad Educativa Oswaldo Guayasamín oferta carreras técnicas con base en las figuras
profesionales de: Informática, Música, Electromecánica Automotriz, Industrias de la Confección y Cerámica y
Pintura, a las que los estudiantes de octavo, noveno y décimo de educación básica superior van a acceder y
por lo que es importante determinar las estrategias que el docente necesita al conocer los estilos que los
estudiantes prefieren para aprender y así pueda realizar las adaptaciones en su planificación.
La población muestral comprendió a estudiantes de octavo, noveno y décimo de educación básica superior,
con un total de 120 estudiantes matriculados. Luego de depurar la base que contenía un valor atípico Z de
-3,3777 del estilo reflexivo, se pudo obtener un total poblacional de 119 estudiantes. Se utilizó el método
deductivo, que permitió a partir del fundamento teórico establecer la preferencia de los estilos de aprendizaje
por colegiatura, sexo y edad.
El instrumento utilizado fue el Cuestionario de Honey Alonso llamado CHAEA, que clasificó en 4 estilos de
aprendizaje las respuestas de los estudiantes; activo, reflexivo, teórico y pragmático, con un tiempo de
elaboración promedio de 15 a 20 minutos por cada estudiante. La encuesta fue realiza por medio de Google
Forms y fue dividida en dos partes, la primera con información básica del estudiante y la segunda con la
aplicación del cuestionario. Los datos obtenidos fueron codificados y procesados a través de los programas
SPSS V. 23 y Excel.
IV. RESULTADOS
La población estudiantil, se conformó por 63 hombres y 56 mujeres, correspondientes a un intervalo de
edad que va de los 11 a 16 años. El análisis de fiabilidad a través del coeficiente de Kuder Richardson KR20
(1937) determinó un valor de 0,878 tomando en cuenta que se aplicó el criterio para suprimir ítems para
mejorar el valor de este coeficiente, eliminándose los ítems 25, 53 y 61. Este valor corresponde a una escala
muy alta [19], resultando válido y confiable el instrumento aplicado.
A pesar de ello, al aplicarse un análisis factorial basado en la prueba Kaiser-Meyer-Olkin (KMO) y de
esfericidad de Bartlett no se pudo obtener un coeficiente aceptable, dado que 0,346 es un valor inaceptable
para aplicar un posterior análisis de factores confirmatorio [20].
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Las estrategias de enseñanza para estudiantes de secundaria con estilo de aprendizaje teórico se centran en
aprovechar su preferencia por adquirir y procesar información de manera lógica y sistemática. Una de las
estrategias utilizadas es proporcionarles un marco conceptual claro y estructurado antes de introducir nuevos
conceptos, ya que esto les ayuda a organizar la información de manera coherente. Además, se deben utilizar
una variedad de recursos visuales, como gráficos, diagramas y esquemas, para ayudarles a visualizar y
comprender conceptos abstractos. También se emplean actividades como la elaboración de resúmenes o la
realización de mapas conceptuales, que les permiten organizar y sintetizar la información de forma
significativa. Por último, es importante proporcionarles oportunidades de reflexión y discusión para que
puedan conectar los nuevos conocimientos con sus experiencias previas y profundizar su comprensión.
El análisis de los estilos de aprendizaje por sexo, señalan para el caso masculino el predominio del estilo
teórico con 43 estudiantes, seguido del estilo pragmático con 31 estudiantes sobre una preferencia muy alta
(10%) de los encuestados. Con respecto al sexo femenino, se observa la preferencia por el estilo teórico con
38 estudiantes, seguido del estilo pragmático con 32 estudiantes, coincidiendo con el grupo masculino, como
se puede ver en la Tabla 2.
Tabla 1. Preferencia de estilos de aprendizaje de estudiantes de Educación Básica Superior.
Tabla 2. Distribución de estudiantes de Educación Básica por nivel de preferencia y sexo.
Nota: M= Masculino F= Femenino.
Si se analizan los estilos de aprendizaje en relación a los años de colegiatura de educación básica superior,
se puede notar que mayormente los estudiantes se inclinan por el estilo teórico con 81 estudiantes y se
ubican en un baremo del 10% de preferencia muy alta. El segundo estilo de preferencia en forma general es el
pragmático con 63 estudiantes, pero con una particularidad, en el caso del noveno de básica superior que
comparte la preferencia por dos estilos el reflexivo y el activo con 19 estudiantes cada uno según la Tabla 3.
Tabla 3. Distribución de estudiantes según el estilo de aprendizaje, preferencia y colegiatura.
Nota: A: activo, R: reflexivo, T: teórico, P: pragmático.
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Finalmente, en el análisis de los estilos de aprendizaje, el nivel de preferencia y la edad según los resultados
de la Tabla 4, se establece que los 3 rangos de edad comparten su preferencia por un mismo estilo de
aprendizaje y que complementa la investigación al determinar el estilo teórico como característico de la
población estudiantil referida.
Nota: A: activo, R: reflexivo, T: teórico, P: pragmático.
Tabla 4. Distribución de estudiantes según el estilo de aprendizaje, preferencia y colegiatura.
CONCLUSIONES
La investigación permitió conocer que en un colegio técnico es posible la prevalencia de un estilo teórico
contrario al que se ha planteado por mucho tiempo que es el activo. Sin duda que las respuestas de la
comunidad estudiantil generan una alerta acerca del tipo de estrategias que se están planteando para el
aprendizaje, por cuanto por definición de este tipo de Unidades Educativas se planifica en función del
aprender haciendo más sin embargo la preferencia hacia el estilo teórico es muy alta y exige plantear
decisiones acerca de propuestas en contenidos, temas, metodologías y actividades que motiven a los
docentes el uso combinado de recursos teórico - prácticos como la lectura y la revisión documental de casos
que pueden llevarse a la práctica en la resolución de problemas, por cuanto en un futuro próximo los
estudiantes deberán formar parte del bachillerato técnico en las diferentes Figuras Técnicas Profesionales
(FTP).
Es importante realizar un diagnóstico de los docentes para conocer si en su planificación contemplan
estrategias orientadas a estilos mixtos de aprendizaje y, sin duda a que se realicen capacitaciones
relacionadas al uso de la tecnología como complemento del aprendizaje teórico, teniendo presente que el
resultado obtenido en la investigación, puede deberse incluso a una transición de los estudiantes hacia su
formación técnica en los próximos períodos, por lo que se recomienda que se realicen visitas a los talleres
para que puedan experimentar clases prácticas de taller antes de decidir su carrera profesional de tal manera
de establecer un estilo compartido teórico – práctico que desde temprana edad que sea un complemento a la
orientación vocacional que reciben los alumnos.
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