I. INTRODUCCIÓN
En un claro contexto de la actualidad, la nueva vertiente de la juventud que constituye la sociedad que se
maneja a nivel global, carece de un ideal propio, metas humanizadas, espiritualidad, responsabilidad con su
entorno, apego a las normas de convivencia y sobre todo, de buenos ejemplos sociales que partan del
gentilicio donde pertenecen, como es en el caso de países de Norteamérica, es decir, EEUU y Canadá, también
en regiones de Europa, como Francia, en donde ya una generación en plena adolescencia se suma a las
inclemencias de la adicciones, delictivas, libertinaje sexual, entre otros, rechazando el compromiso social que
se enmarca en los valores cristianos o creencia religiosa alguna, cuyos padres impregnados del esnobismo
agnóstico a temprana edad, también inculcan estos valores sesgados a sus hijos, creándoles otra visión de la
realidad [1].
Sin embargo, al día de hoy, en su trayecto a lo largo de la historia, la iglesia Católica ha llevado a cabo en los
países de Latinoamérica una destacada obra en el ámbito educativo, estableciendo numerosas instituciones
con su enfoque religioso, desde clérigos y laicos católicos, con alto espíritu de sacrificio y en medio de la
dificultad que siempre en todos los siglos de subsistencia ha afrontado, a los fines de insertarse culturalmente
desde la educación básica y media mediante un sistema de creencias multidimensional que se acoge a la
doctrina de la fe, abarcando a Dios, la oración, la biblia, y la religión en sí; influenciando notoriamente con su
enfoque deontológico y social a los jóvenes en naciones como Chile (54%), Perú (38%), Argentina (35%), Brasil
(32%), Ecuador (29%), Venezuela (28%) y Colombia (46%), donde está ocupando además, una importante
posición como pioneras en el ámbito de la educación especial y etnias indígenas [2].
Bajo ese contexto, actualmente las instituciones escolares adscritas a la iglesia Católica en Colombia
representa poco menos de mitad de todo el sector particular de la enseñanza en la sociedad colombiana,
consagrándose ante ello unas dos mil escuelas, donde las mismas desempeñan un rol formador al ofrecer un
sistema de creencias desde niños que más adelante serán el talento humano del futuro, donde se prioriza por
fortalecer la esencia espiritual como una manera de vivir la fe, para la promoción de la solidaridad y
fraternidad universal, sin diferenciar etnia, religión, género o nacionalidad, y de esta manera dotar al hombre
de mañana con herramientas de calidad para lograr su óptima cohesión y compromiso social en un entorno
más solidario, fraternal y tolerante [3].
Todo ello, a pesar que el marco legal colombiano, particularmente la Constitución Política de 1991, la Ley
General de Educación y la Ley Estatutaria de Libertad Religiosa, que declara al Estado colombiano
aconfesional o laico, sin embargo, aun siguen vigentes en los currículos académicos de la educación básica y
media la impartición de educación religiosa con índole de obligatoriedad, donde a pesar de esto, la labor de la
Iglesia en lo educacional no ha conseguido como desarrollarse de la mejor manera hasta el momento, al no
renovar el adecuado conocimiento y requerimientos sociales y espirituales del hombre actual [4].
Ante lo expuesto, son muchas las representaciones religiosas que han impulsado los valores sociales que se
adhieren al compromiso de los habitantes en la sociedad de parroquias colombianas, tales como las Obras de
Don Bosco y de La Salle, las cuales han influido considerablemente en la educación [5]. De esta no escapa
desde 1935 el Santuario Nuestra Señora de la “O” de Morcá, ubicado a 7 km de Sogamoso, en Colombia, fuera
de la infraestructura del Instituto Educativo Técnico Nuestra Señora de Morcá, quien le hace honor a su
nombre, y en función de ello, como todo colegio de enfoque cristiano católico hace apología de las
celebraciones y tradiciones que a bien se celebran en el santo recinto antes mencionado.
En términos generales, de los jóvenes de la región que allí cursan estudios el 60% provienen de familias bien
conformadas al poseer valores religiosos estructuralmente bien arraigados; el 30% de familias están
separadas y el 10% de hogares donde la cabeza de la familia es la madre o el padre, y ante ello, son éstos los
que eligen el colegio para la educación de sus hijos de común acuerdo, considerando el grado de cercanía, ya
que es la única institución de educación media que hace presencia en la zona, y que infunda principios
religiosos.
ISSN-E: 2542-3401, ISSN-P: 1316-4821
Universidad, Ciencia y Tecnología,
Vol. 27, Núm. 121, (pp. 74-84)
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Rincón V. et al. Influencia del santuario Nuestra Señora de Morcá en la actitud social y religiosa de los jóvenes