
I. INTRODUCCIÓN
El aprendizaje en matemáticas ha significado un desafío continuo y enriquecedor para los estudiantes a lo
largo del tiempo. Más allá de ser simplemente un conjunto de reglas y fórmulas, la matemática es un lenguaje
universal que nos permite entender y describir patrones, estructuras y relaciones en el mundo que nos rodea.
Para muchos estudiantes, el aprendizaje de las matemáticas ha representado no solo la adquisición de
conocimientos específicos, sino también el desarrollo de habilidades analíticas y la capacidad de abordar
problemas de manera sistemática. La resolución de problemas matemáticos implica no solo la aplicación
mecánica de procedimientos, sino también la comprensión profunda de los conceptos subyacentes, lo que
estimula el pensamiento crítico y la toma de decisiones informadas [1].
La afirmación realizada por el Programme for International Student Assessment (PISA) se basa en los
resultados de las últimas evaluaciones llevadas a cabo por los países participantes. Estos revelan que el 31,1%
de los estudiantes no lograron alcanzar el nivel mínimo establecido. Es alarmante observar que, en los países
latinoamericanos, más del 50% de los evaluados se encuentran en el nivel más bajo, subrayando una
preocupante brecha en el rendimiento académico. En el caso específico de Perú, los datos son reveladores.
Aproximadamente el 30,5% de los estudiantes lograron alcanzar el nivel 1, lo cual indica un nivel de
competencia muy básico. Además, un inquietante 35,7% de los estudiantes se sitúa por debajo de este nivel,
evidenciando una falta significativa de habilidades fundamentales en materias evaluadas por PISA [2], [3].
Estas cifras resaltan la necesidad apremiante de implementar estrategias educativas que aborden las
deficiencias identificadas. Es crucial adoptar enfoques pedagógicos innovadores y centrados en el estímulo de
habilidades cognitivas clave. Asimismo, se requiere un análisis profundo de las estructuras educativas y la
asignación de recursos para abordar las disparidades en el acceso a una educación de calidad. El impacto de
estos resultados no se limita únicamente al ámbito educativo; también plantea desafíos a nivel
socioeconómico, ya que la preparación académica de los estudiantes influye directamente en su capacidad
para contribuir de manera efectiva al desarrollo de sus comunidades y al progreso de sus países [3], [4].
En Perú la certificación de los logros de aprendizaje en el área de matemática, informados por la Oficina de
Medición de la Calidad de los aprendizajes (UMC) [2] indica que en las evaluaciones estandarizadas en el nivel
de secundaria a nivel nacional, el 30,3% de los escolares evaluados se encuentran en un nivel muy bajo, que
revela que no alcanzó los aprendizaje de su grado y solo el 36,8% logró aprendizajes muy básicos en relación
a lo que se espera para el ciclo evaluado. A nivel de región, la ciudad de Tumbes en Perú, se presentan con
porcentajes por debajo del nivel nacional. Además, hay que resaltar que existen otras carencias en los
estudiantes como la falta de habilidades para definir problemas matemáticos y encontrar información
apropiada, lo que causa ansiedad, impaciencia y desmotivación para el manejo y lectura de textos extensos.
Gazzola y Otero [5] afirman que las causas se atribuyen al paradigma de enseñanza tradicional, que tienen
una alta tendencia dominante, pero además se percibe el conocimiento matemático como autoevidente e
incuestionable. Incluso los docentes del área de matemáticas suelen tener complicaciones para la formulación
de ecuaciones apropiadas y soluciones idóneas en los problemas. De esta manera, se ha difundido una
práctica docente que propone tareas y actividades con parámetros fijos, que pretende únicamente ubicar
soluciones numéricas y únicas, sin motivar al pensamiento crítico, lo que conduce a un aprendizaje
matemático memorístico, basado en procesos únicos e identificación de teorías clásicas [6]. Estas situaciones
previas conducen a afirmar que no se refuerza el pensamiento divergente en los estudiantes, haciendo que la
comprensión matemática sea más compleja [7]. La falta de énfasis en el pensamiento divergente en el ámbito
educativo puede limitar el desarrollo de habilidades cruciales para la resolución de problemas y la creatividad
en el campo de las matemáticas. De ahí que en este trabajo se ha considerado el estudio del pensamiento
divergente y las formas de aplicarlos en el aula para que exista una mayor comprensión de las herramientas
matemáticas en los estudiantes de secundaria.
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ISSN-E: 2542-3401, ISSN-P: 1316-4821
Universidad, Ciencia y Tecnología,
Número Especial 2024, (pp. 67-76)
Dioses L. et al. Programa de estrategias de resolución de problemas para fortalecer el pensamiento divergente en matemática en estudiantes de secundaria