I. INTRODUCCIÓN
En la actualidad el manejo de la autoconciencia social tiene un rol decisivo en múltiples aspectos, incluyendo
el ámbito educativo al encerrar varias problemáticas que afectan el desempeño docente, sobre todo, al tener
una limitada integración de habilidades socioemocionales dificulta en gran medida la forma en que nos
relacionamos a nivel laboral, además de la capacidad de instruir y de consolidar habilidades en los
estudiantes. Esta capacidad de respuesta a las emociones, se presentan en diferentes escenarios donde
experiencias traumáticas, personales o externas, impiden empatizar con los demás, el vivir permanentemente
con relaciones beligerantes en ambientes sociales muy limitados y los problemas para comunicarse, son
algunas de las situaciones que propician complicaciones en la inteligencia emocional, competencia social,
habilidades de relación y conciencia de grupo.
El abordaje conceptual de la autoconciencia social involucra a la educación y el desarrollo humano, es decir,
el individuo debe desarrollar un aprendizaje social y emocional, para la adquisición de nuevas habilidades que
contribuyan de mejor manera a la formación de una identidad sólida y fuerte, el establecimiento de metas
académicas [1]. Es importante señalar, la intervención de programas para el desarrollo profesional en
competencias básicas como la colaboración del aprendizaje académico, social y de las emociones, con el
propósito de fortalecer la autoconciencia desde la cultura, identidad, justicia, agencia, compromiso y
pertinencia, como expresiones fundamentales para promover la igualdad y equidad [2].
La autoconciencia social en docentes latinoamericanos es un componente crucial para la mejora de la
educación en la región. Este concepto se refiere a la capacidad de los educadores para reconocer sus propios
prejuicios, emociones y comportamientos, y cómo estos pueden influir en su práctica docente y en las
interacciones con sus estudiantes [1]. En un contexto culturalmente diverso como el latinoamericano, donde
convergen múltiples etnias, lenguas y tradiciones, la autoconciencia social permite a los docentes ser más
sensibles y receptivos a las necesidades de todos los alumnos. Al desarrollar una mayor autoconciencia, los
educadores pueden identificar y mitigar prácticas discriminatorias, promoviendo así un ambiente educativo
más inclusivo y equitativo.
Además, la autoconciencia social fomenta una mayor empatía y comprensión hacia las experiencias de vida
de los estudiantes, muchas de las cuales están marcadas por desafíos socioeconómicos y contextos de
vulnerabilidad [3]. Al estar conscientes de estas realidades, los docentes pueden adaptar sus métodos de
enseñanza para ser más relevantes y efectivos, brindando apoyo adicional a aquellos que lo necesitan. Este
enfoque no solo mejora el rendimiento académico, sino que también fortalece la relación entre estudiantes y
docentes, creando un ambiente de confianza y respeto mutuo. En última instancia, la autoconciencia social en
los docentes latinoamericanos es fundamental para transformar la educación en la región, haciendo que las
aulas sean espacios donde todos los estudiantes puedan prosperar.
En lo referente, a la formación docente desde ámbitos de desarrollo socioemocional, las competencias
socioemocionales como el autocontrol y la resiliencia no han sido adquiridas por la mayor parte del
profesorado, esto ha dificultado progresivamente la enseñanza, y sostienen, que el origen deriva de la
necesidad de un rediseño en el currículo de la carrera de pedagogía para abordar las competencias
socioemocionales como componente indispensable junto a los conocimientos didácticos [3].
En consonancia, Mejía-Flores et al. [4] sostienen que, existe una ausencia de inversión en programas
actualizados de formación docente basados en un enfoque afectivo y compasivo, por ende, existe una
inexperiencia por parte del profesor en la aplicación de métodos, estrategias y técnicas de gestión emocional.
Por otra parte, desde las bases legislativas, en el Ecuador, por ejemplo, no existe un sustento que respalde la
pedagogía afectiva en escuelas y colegios, por tanto, un conjunto de leyes desactualizadas y limitaciones en las
regulaciones reducen la posibilidad de la implementación nuevos enfoques centrados en el bienestar
emocional. Esto se traduce a la pérdida de oportunidades para el desarrollo socioemocional no solo en
estudiantes, en lo que respecta a su bienestar y el rendimiento académico, sino que afecta la convivencia
armónica de los actores de la comunidad educativa.
ISSN-E: 2542-3401, ISSN-P: 1316-4821
Universidad, Ciencia y Tecnología,
Vol. 28, Núm. 124, (pp. 48-58)
49
Alejandro A. et al. Programa de formación de autoconciencia social para mejorar el desempeño docente