ISSN-E: 2542-3401, ISSN-P: 1316-4821
Universidad, Ciencia y Tecnología,
Vol. 28, Núm. 124, (pp. 59-66)
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Miaury-Vilca A. et al. Análisis de la violencia e índice de severidad hacia las mujeres
https://doi.org/10.47460/uct.v28i124.844
Análisis de la violencia e índice de severidad
hacia las mujeres
Ana Rosario Miaury-Vilca
https://orcid.org/0000-0002-2992-1239
amiaury@unsa.edu.pe
Universidad Nacional de San Agustín de Arequipa
Arequipa, Perú
Recibido (15/06/2023), Aceptado (17/07/2024)
Analysis of violence and severity index towards women
Abstract.- The severity index identifies the different levels of violence in general and their types, to recognize
the type of aggression suffered by the victims and the different risk situations they could suffer. In this work,
violence and the severity index against women have been analyzed, achieving a correlation with
sociodemographic variables. The study involved 925 intentionally selected women over the age of 18. The main
results show that the low level of schooling is a predominant factor for the existence of a situation of violence,
as well as the condition of being married or alone with children, where there is a relationship of economic
dependence, are predominant factors for a situation of violence.
Keywords: violence, severity index, sociodemographic variables, women.
Resumen: El índice de severidad identifica los diferentes niveles de violencia en general y sus tipos, con la
finalidad de reconocer el tipo de agresión que sufren las víctimas y las distintas situaciones de riesgo que
podrían padecer. En este trabajo se ha analizado la violencia y el índice de severidad hacia a las mujeres,
logrando una comparación con variables sociodemográficas. En el estudio participaron 925 mujeres mayores
de 18 años seleccionadas intencionalmente. Los principales resultados muestran que el nivel de escolaridad
bajo es un factor predominante para que exista una situación de violencia, así mismo la condición de estar
casada o sola con hijos, donde exista alguna relación de dependencia económica, son factores predominantes
para que se produzca una situación de violencia.
Palabras clave: violencia, índice de severidad, variables sociodemográficas, mujeres.
*Autor de correspondencia: amiaury@unsa.edu.pe
Tipo de artículo: Investigación
Jorge Luis Villanueva-Riveros
https://orcid.org/0009-0007-8985-9194
jvillanuevar@unsa.edu.pe
Universidad Nacional de San Agustín de Arequipa
Arequipa, Perú
Ariosto Carita-Choquecahua
https://orcid.org/0000-0001-6878-6925
acarita@unsa.edu.pe
Universidad Nacional de San Agustín de Arequipa
Arequipa, Perú
Ada Erlinda Huamantuna-Sullo
https://orcid.org/0009-0006-7666-9052
ahuamantuna@unsa.edu.pe
Universidad Nacional de San Agustín de Arequipa
Arequipa, Perú
Teresa Yáñez-Fernández
https://orcid.org/0000-0001-9650-0381
tyanezf@unsa.edu.pe
Universidad Nacional de San Agustín de Arequipa
Arequipa, Perú
I. INTRODUCCIÓN
La violencia contra la mujer no es una problemática nueva, esta ha estado presente de diferentes formas a
través de la historia, y hoy en día es considerado como un problema de salud pública [1], de manera que, la
atención a esta problemática debe de ser prioritaria a través de las instituciones del Estado. Algunos estudios
[2], encontraron una prevalencia de violencia física y sexual entre 65% a 71%, siendo considerado uno de los
índices más altos a nivel mundial. Asimismo, la violencia de pareja es la forma más común de violencia que
experimentan las mujeres y afecta al 30% de mujeres en todo el mundo; también se ha observado que el 38%
de todos los asesinatos de mujeres se relacionan con la violencia íntima. De igual modo, en las Américas, el
29,8% de las mujeres han sufrido violencia física y/o sexual por parte de su pareja. Estas cifras son
impactantes y reflejan la realidad cotidiana, que ha ido empeorando con los años [2].
La Organización Panamericana de la Salud [3] resalta que la violencia contra la mujer se incrementó durante
la pandemia, aumentando el estrés, la perturbación por las redes sociales, y el deficiente acceso a los
servicios, ha incrementado el riesgo de violencia contra la mujer y en el peor de los casos el feminicidio,
también se ha demostrado que las mujeres en relaciones abusivas tienen un alto riesgo de sufrir violencia
grave [4]. Por otro lado, Cabrales et al. [5], consideran a la violencia contra las mujeres como una forma de
violencia interpersonal y la definen como cualquier comportamiento que cause daño ya sea físico, psicológico
o sexual en una relación íntima o de pareja, incluyendo la violencia física (golpes con objetos, empujones,
asfixias, etc.), sexo forzado y otras formas de coerción sexual, abuso psicológico (intimidación, calumnias,
humillaciones continuas, insultos,, etc.) y diversas conductas dominantes con el objetivo de aislarla de sus
familiares y amigos.
Para el contexto peruano, el Instituto Nacional de Estadística e Informática [6], para el año 2021 señaló que
el 54,9% de las mujeres entre 15 y 49 años fueron víctimas de violencia familiar alguna vez en su vida por
parte de su pareja; además la Defensoría del Pueblo reportó 14523 denuncias y en los dos primeros meses
del 2023 la cifra superaba en un 15% con 2276 denuncias, datos que demuestran un alto índice de violencia
hacia la mujer. A través de los medios de comunicación se puede observar la cantidad de actos agresivos,
como jaloneos, gritos, golpes y celos que son normalizados por la sociedad peruana que trae como
consecuencias el deterioro de la salud conllevando a actos relacionados al feminicidio [1].
Con estas premisas, en este trabajo se ha analizado el impacto de la violencia en los hogares peruanos y los
posibles factores que incluyen para que exista una situación de este tipo en las familias, que logra influir de
manera preocupante en la mujer.
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II. DESARROLLO
La teoría de la unión traumática [7], explica el desequilibrio del poder y la intermitencia del abuso,
considerando que la mayoría de las víctimas de violencia persisten en relaciones tóxicas a pesar del abuso,
fortaleciendo las relaciones abusivas. Además, la teoría del ciclo de violencia [8], menciona que las víctimas de
violencia permanecen debido a la esperanza de un cambio en su agresor. Según Sumari [9], describió que
aquella violencia infligida hacia las mujeres por parte de su pareja es un significativo problema de salud
pública y una violación a sus derechos, puesto que no sólo afecta la salud mental - física de la agraviada sino
también la de sus hijos y/o parientes cercanos, estén o no expuestos a la violencia.
En relación con la violencia severa, se puede decir que es aquella que incluye el feminicidio consumado o con
tentativa, las agresiones con armas u objetos contundentes y otras modalidades de agresiones
potencialmente peligrosas para la vida de la mujer [10]. Así también, Cahui et al. [11], consideran que la
violencia severa es categorizada como violencia grave generando daños físicos y emocionales que atentan
contra su integridad física. Además, el índice de severidad identifica los diferentes niveles de violencia que
padecen las mujeres en general y los tipos de niveles que existen en este sentido, con la finalidad de
identificar el riesgo y sus variadas características [12].
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De la revisión de estudios que han abordado la violencia e índice de severidad en Perú, se destacan el trabajo
de Aiquipa [13], quien señala que la violencia hacia la mujer presenta una relación con la dependencia
emocional, que le hace sentir un apego fuerte hacia la pareja, considerando que no puede vivir sin ella y el
temor de quedar abandonada. Por otro lado, Quispe et al. [14], reportaron que el tipo de vínculo que tendrían
víctima y agresor produce mayor riesgo cuando el agresor era desconocido, en comparación cuando el
agresor era conocido o un familiar cercano. Por su parte, Kohrt et al. [15], analizaron la repercusión de la
violencia doméstica como obstáculo para el éxito de los migrantes urbanos del Perú, y su asociación con la
depresión materna, el deterioro de la crianza, en el cual se obtuvo como resultado que el 65% de las mujeres
migrantes eran víctimas de algún tipo de violencia, observando que la violencia infligida hacia la mujer afecta a
la salud mental y la capacidad de crianza de los hijos. Asimismo, Flores [16], estudió las unidades de atención
en la lucha contra la violencia hacia la mujer, observando que el 52%de las víctimas se separó de su agresor,
pero un 45% aún convive con él, por otro lado, la percepción de las víctimas de violencia en relación a los
servicios recibidos en las Unidades de Atención es de insatisfacción, al no lograr conseguir su principal
objetivo que es detener la violencia antes de llegar a desenlaces fatales como el feminicidio.
Al respecto, la última información que se expone data de hace 5 años, observándose una necesidad de
investigación más profunda que permita una mejor formación en la temática y una mayor difusión del
problema, que genere espacios de conocimiento y debate. Por ello, el trabajo presentado aporta
considerablemente a la bibliografía existente al reconocer los factores que influyen en la violencia grave. Al
analizar el índice de severidad hacia las mujeres, se espera poder contribuir a una mejor conciencia colectiva
en este sentido, mejorar las variables sociodemográficas que influyen en la situación de violencia y aportar con
la capacitación y formación social afectada.
III. METODOLOGÍA
Este trabajo tuvo una prevalencia cuantitativa, con un diseño descriptivo no experimental de corte
transversal [17]. La información fue recolectada en el periodo de agosto a octubre del año 2023 en la ciudad
de Arequipa, Perú.
Las participantes fueron 925 mujeres del departamento de Arequipa, elegidas intencionalmente, en un rango
de edad de 18 a 60 años, que mantenían en el momento de la evaluación o en el pasado una relación de
pareja. Para la recolección de datos se aplicó la escala de violencia e índice de severidad (EVIS) de Valdez. et al.
[18], que cuenta con una evaluación psicométrica. Además, se utilizó el análisis factorial con rotación Varimax
obteniendo resultados adecuados para sus cuatro dimensiones (cargas factoriales), así también, para la
confiabilidad se utilizó el método de consistencia interna Omega de McDonalds encontrando valores de 0,8
(buena confiabilidad). El instrumento presenta 19 ítems, midiendo el índice de severidad, se divide en 4
puntuaciones: violencia psicológica, violencia sexual, violencia física y severidad de violencia física. El
instrumento se evalúa a través de una escala de tipo Likert de cuatro alternativas (desde nunca hasta muchas
veces). Asimismo, la finalidad de la escala es medir la violencia hacia las mujeres por parte de las parejas y
determinar el daño emocional y físico de los actos violentos perpetrados en contra de ellas a través del índice
de severidad.
Para la muestra local (mujeres peruanas) se realizaron las pruebas de confiabilidad con el coeficiente Alfa de
Cronbach, obteniendo alta confiabilidad en los datos recolectados, con un α= 0,942. El instrumento se aplicó
de manera individual y presencial a las mujeres (contactándolas en la comunidad, centros de salud y centros
de abastecimiento). Para este procedimiento se cumplieron todos los criterios éticos necesarios.
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Para el análisis estadístico se utilizó el programa JASP en su versión 0.13.1.0. Luego, la distribución, asimetría,
curtosis y normalidad de los datos fueron analizados con la prueba de Shapiro-Wilk, no encontrando una
distribución normal (p < 0,05). Además, la homogeneidad de varianzas considerando el uso de pruebas no
paramétricas, para el análisis descriptivo y comparativo del índice de violencia contra las mujeres se realizó
según las variables de etapa de vida, nivel de educación (escolarización), estado civil, zona de residencia,
relación sentimental, dependencia económica y ocupación.
Para la categorización de la violencia e índice de severidad se utilizó la siguiente medición: 0= no casos de
violencia, de 0 a la media (x
)= son casos de violencia, > a la media (x
)= son casos severos de violencia.
IV. RESULTADOS
Los pasos a seguir en el proceso de investigación fueron: se hizo la medición del índice de severidad a través
de las medidas de tendencia central tomando como criterio la media (puntuaciones mayores indican
presencia de violencia severa); asimismo, para comparar dos muestras independientes se utilizó la U de
Mann-Whitney con tamaño del efecto (TE) de la correlación biseral (rbis), obteniendo que las normas
interpretativas son: no efecto (rbis = 0,0), pequeño (rbis ≥ 0,10), mediano (rbis 0,30) y grande (rbis ≥ 0,50).
La comparación de k muestras independientes se realizó con la H de Kruskal Wallis y pruebas Pos Hoc, su
tamaño del efecto utilizado fue épsilon al cuadrado (ε2), siendo sus normas interpretativas pequeño para ε2
0,01, mediano para un ε2 ≥ 0,06 y grande para un ε2 ≥ 0,14 [19].
Se analizaron las variables sociodemográficas de las mujeres participantes encontrando que el 44,8% fueron
mujeres jóvenes (de 18 a 29 años) y 55,2% mujeres adultas (de 30 a 60 años); de las cuales el 44,8% fueron
solteras, 53,9% casadas o convivientes y el 1,3% viudas. Según la ocupación el 45,9% eran estudiantes
universitarias, 22,3% se dedicaban a las labores domésticas, 19,6% al trabajo independiente y el 12,2%
trabajan dependientemente de sus organizaciones; de acuerdo con la zona de residencia el 9,5% viven en
zonas residenciales, el 70,3% en zonas urbanas y el 20,2% en zonas rurales; en relación a la escolaridad 13%
presentaban estudios primarios, 35,5% estudios secundarios y 51,2% estudios superiores; el 16,9% depende
económicamente de la pareja, 21,2% no depende de nadie (ingresos propios), 60,1% depende de la familia y
1,8% de amistades u otros familiares; 66,4% de mujeres al momento de la evaluación mantenían una relación
de pareja y el 33,6% no se encontraba en relación pero si pasaron por esa experiencia en el pasado.
En la tabla 1 se analizó la violencia e índice de severidad hacia las mujeres peruanas, se encontraron
puntuaciones significativas en la media con respecto al rango, por tanto, el nivel de violencia severa marca un
nivel moderado con tendencia al alta (x
= 27,02, σ=+- 10,7), encontrando mayor severidad en la violencia
psicológica (x
= 8,18) y menor severidad en la violencia sexual (x
= 4,28), por tanto, el índice de severidad
identifica los diferentes niveles de violencia en general y sus tipos que padecen las mujeres, con la finalidad de
diferenciar a las mujeres que se encuentran en distintas situaciones de riesgo y cuyas necesidades de
atención no son iguales que de no ser atendidas, trae como consecuencia implicaciones graves en la salud
física y mental hasta llegar a ser víctimas de femicidio o tentativa.
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En la tabla 2, se compararon los índices de violencia severa según la etapa de vida y relación de pareja,
encontrando diferencias estadísticamente significativas (valores p< 0,05), para la primera variable de
comparación, las puntuaciones indican que son las mujeres adultas (de 30 a 60 años) quienes tienen mayor
probabilidad de sufrir violencia severa en comparación a las mujeres jóvenes (de 18 a 29 años). Y las mujeres
que se encuentran en una relación de pareja presentan mayor probabilidad de padecer violencia severa en
comparación a las que no se encuentran en una relación.
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Tabla 1. Violencia e índice de severidad hacia las mujeres.
Nota: (> x
) = para encontrar violencia severa los puntajes deben ser mayores a la media.
Tabla 2. Comparación de la violencia severa según etapa de vida y relación de pareja.
En la tabla 3, se compararon los índices de violencia severa según la escolaridad, ocupación y estado civil de
las mujeres, encontrando en estas variables diferencias estadísticamente significativas, llevándonos al
razonamiento que son las mujeres con menor escolaridad, las que realizan labores domésticas (amas de casa)
y las casadas o convivientes quienes tienen mayor probabilidad de padecer violencia severa en comparación a
las mujeres que presentan alto nivel de escolaridad, laboran formalmente y son solteras.
Nota: n = tamaño muestral; U= U de Mann Whitney; p = p valor. rbis= Correlación biseral (tamaño del
efecto).
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